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  • 21 de julio, 2022 - Noticias

    Hoy, 21 de julio de 2022, se cumplen 85 años del "Bombardeo de noche" sobre la población civil de Colmenar Viejo. En recuerdo de las víctimas de este bombardeo, reproducimos este artículo de Fernando Colmenarejo García y María Antonia Corona Bartolomé (Coautores del libro “La Sierra Convulsa. Segunda República, Guerra Civil y Primer Franquismo al Norte de Madrid).

    https://www.diariocolmenar.com/sociedad/4846-21-de-julio-85-aniversario-del-bombardeo-de-noche-de-colmenar-viejo (Diario Colmenar)

    Tras un año de guerra civil, Colmenar Viejo parecía ser un mero pueblo expectante a los pies del frente de guerra. Pero en la guerra se producen acciones inesperadas, y de repente, hacia las 10 de la noche del miércoles 21 de julio, durante la batalla de Brunete, como comentaba el brigadista Ramón Parra, “llegó lo de la aviación y empezó a llover bombas”, de tal manera que, como el resto de los supervivientes, esas imágenes quedarán impregnadas en sus memorias para convertirse en continuas pesadillas.

    “Colmenar era un oasis de paz, ver las luces con esos escaparates… Nos admirábamos de la paz y bullicio, parecía como si estuviera en otro mundo, hasta que llegó lo de la aviación”. Y no le faltaba razón a Ramón Parra Quevedo, militar adscrito a la 2ª compañía del IV Batallón de la 99 Brigada Mixta, que se encontraba en un momento de descanso en Colmenar Viejo durante la batalla de Brunete. Pero en este pueblo, cabecera de comarca a los pies de la sierra de Guadarrama, se vivía de forma diferente a la tensión que se respiraba en los pueblos más próximos a los frentes de guerra. Bien es cierto que su vida cotidiana se desarrollaba ante un espejo diferente, como en otros tantos pueblos en segunda línea de la retaguardia, y aunque sujeto a los nuevos avatares bélicos, sus vecinos se habían “acostumbrado” a esta nueva vida.

    Aquella noche del miércoles 21 de julio de 1937 “hacía un calor horroroso y asfixiante”, según Jaime Mansilla, por lo que decidió salir al balcón de su casa para tomar el fresco. Las calles y los corrales de las casas se convertían en los espacios más concurridos para respirar, y era frecuente ver corros de soldados reunidos con las mozas de la vecindad. Angelita Aparicio paseaba con su vecina plácidamente por la calle Real, y otras tantas personas aprovechaban para ultimar sus faenas de trabajo, como el niño Lorenzo García, que se encontraba espigando con su padre en las proximidades del pueblo, y lo mismo sucedía con el padre de Victorina Nogales, que trabajaba en la era. Pero, hacia las 10 de la noche, el cielo se iluminó…

    La necesidad de aliviar la presión ejercida por las tropas rebeldes contra Madrid y Santander, llevó al ejército republicano a la realización de una ofensiva en los alrededores de Brunete, entonces un pequeño pueblo a unos 59km de distancia de Colmenar Viejo. Según los historiadores, esta batalla fue una de las más cruentas de la guerra civil española, iniciándose la ofensiva republicana la noche del 5 al 6 de julio, y terminando en “tablas” el día 25 de ese mismo mes.

    Colmenar Viejo, nudo en la retaguardia por su extraordinaria comunicación con la capital, se fijará también como punto esencial en la logística de la batalla de Brunete, aportando obviamente su infraestructura sanitaria. Por ello, días antes de la ofensiva republicana, un colegio de la localidad se había convertido en un auténtico hospital de sangre, adscrito al Primer Cuerpo del Ejército, siendo elegido por su gran capacidad el esbelto grupo escolar Soledad Sainz, cuya inauguración había tenido lugar en enero de 1930. En esta remodelación, los pupitres se habían cambiado por 150 camas, instalándose también un quirófano y contando con un grupo de transfusión de sangre, adscribiéndose al mismo el correspondiente personal médico.

    En dicha ofensiva republicana deberían actuar el V y el XVIII Cuerpo del Ejército, encontrándose al mando de esta operación el Mayor médico, Julio González Recatero. Asimismo, los puestos de clasificación de heridos se habían fijado en El Escorial y Galapagar, para ambos Cuerpos, respectivamente. En una orden adicional, el Jefe de Sanidad de Maniobras fijaba definitivamente las líneas de evacuación, de tal manera que para el V Cuerpo del Ejército, los heridos serían evacuados desde El Escorial buscando Galapagar, hacia Torrelodones, Colmenar Viejo y Fuencarral, manteniéndose el mismo itinerario fijado con anterioridad para las ambulancias de regreso; si bien, en el caso de interceptación, por exceso de transporte, deberían seguir otra línea de evacuación por Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, San Agustín del Guadalix, Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares, Cerceda, Villalba, Galapagar y El Escorial o Torrelodones.

    Además de los equipos de transfusión de sangre fijados en Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares y El Escorial, se establecían también otros tres equipos quirúrgicos de reserva en Torrelodones, Navalqueiigo y Moralzarzal. Asimismo, se encarecía a los Jefes de Sanidad para que dieran las órdenes oportunas a los conductores de las ambulancias con objeto de realizar una parada obligatoria en el control de distribución sanitaria, situado a doscientos metros aproximadamente de las proximidades del hospital de El Goloso, desde donde deberían indicarse a los conductores de las ambulancias el hospital que correspondía evacuar a los heridos.

    (Cuadro "Bombardeo de Colmenar Viejo" de Antonio Rodríguez Luna, cuadro que sigue sin exponerse en Colmenar Viejo)

  • 26 de noviembre, 2021 - Noticias, Agenda

    La Asociación Cultural 14 de abril conmemora el viernes 26 de noviembre a las 18 horas, en el Instituto Rosa Chacel (calle Huertas 68), los bombardeos que sufrió la población de Colmenar Viejo durante la Guerra Civil.

    Fernando Colmenarejo explicará los sucesos del 21 de julio de 1937 en el llamado “bombardeo de noche”, y del “bombardeo de día”, en la mañana del domingo 28 de noviembre de 1937, trágicas fechas en las que Colmenar Viejo se convirtió en un horror de fuego, ruinas, muerte y destrucción.

    Pedro Morajudo describirá el cuadro del pintor Antonio Rodríguez Luna “Bombardeo en Colmenar Viejo”, expuesto en la Exposición Universal de París de 1937, y actualmente en el museo Reina Sofía. Obra de vital importancia en la historia de Colmenar Viejo, ya que el autor es capaz de expresar el terror y la impotencia de un pueblo que sufrió el ataque aéreo de las tropas fascistas.

    Finalmente, Pablo Nacarino presentará el documental “Cuervos Negros”, que narra estos sucesos históricos y que esta codirigido por el propio Nacarino y por Fernando Colmenarejo. La música del documental es de la Banda Sinfónica de Colmenar Viejo

  • 21 de julio, 2021 - Noticias, Mociones

    Ganemos Colmenar propone solicitar al Museo Reina Sofía la cesión temporal de la obra Bombardeo de Colmenar Viejo y las colecciones de dibujos de guerra de Antonio Rodríguez Luna con el fin de realizar una exposición.

    “Bombardeo de Colmenar Viejo'' es el título del imponente óleo sobre lienzo realizado por Antonio Rodríguez Luna. Un cuadro cuya exhibición temporal en el municipio, Ganemos Colmenar considera imprescindible por ser el particular “Guernica” de Colmenar Viejo. El cuadro tiene una importancia vital en la historia de nuestro pueblo, y el autor es capaz de imprimir en esta obra expresionista el terror de las bombas. La obra recoge los bombardeos de 1937, y transmite la impotencia de un pueblo que sufrió el ataque aéreo de las tropas fascistas.

    La obra fue elaborada para la Exposición Universal de París de 1937 y tuvo una gran acogida por parte de público y crítica. El pabellón español fue una muestra de los mejores artistas españoles de la época, que a pesar de estar inmersa en plena Guerra Civil fue capaz de llevar una muestra de sus mejores talentos. El resultado fue un pabellón español vanguardista, innovador y llamativo que terminó convirtiéndose en un hito importante en la historia del arte.

    El objetivo de la obra era denunciar las atrocidades que se estaban cometiendo en la contienda española y al mismo tiempo mostrarle al mundo que, a pesar de todo, España era un país democrático, moderno, con una educación y una cultura de altísimo nivel.

    La moción presentada por Ganemos Colmenar posibilita recuperar el espíritu de los artistas españoles que participaron en la Exposición Universal de París, exhibiendo por primera vez el cuadro de Antonio Rodríguez Luna en Colmenar Viejo. Este hito debe servir también para recordar a aquellos que sufrieron los ataques contra la democracia. En nuestro pueblo los aviones que conformaban la legión Cóndor descargaron sus aniquiladoras bombas incendiarias sobre la población civil.

    Con la exhibición de este cuadro la historia tantas veces ocultada verá la luz y con ello dignificamos a las víctimas de este triste capítulo de nuestro pasado. Conviene recordar que durante la Guerra Civil la población de Colmenar Viejo sufrió dos importantes bombardeos a manos de las tropas fascistas. El primero fue el llamado el bombardeo de noche, el 21 de julio de 1937 Colmenar Viejo se convirtió en un horror de fuego, ruinas, muerte y destrucción. Los pilotos alemanes arrojaron bombas incendiarias y posteriormente ametrallaron a la población. El segundo bombardeo fue el llamado bombardeo de día, en la mañana del domingo 28 de noviembre de 1937. Las consecuencias de estos dos bombardeos fueron cientos de heridos y 74 civiles muertos, muchos de ellos niños al alcanzar las bombas a varios refugios. Además, se produjo un importante número de bajas militares.

    La propuesta de Ganemos Colmenar pretende también que se realice un reconocimiento de la corporación a las víctimas de los bombardeos de Colmenar Viejo en la noche del 21 de julio y en la mañana del 28 de noviembre de 1937, y la condena de estas terribles atrocidades cometidas por la Legión Cóndor y el ejército franquista.

  • 21 de noviembre, 2018 - Noticias

    Ganemos propone solicitar al Museo Reina Sofía la cesión temporal de la obra Bombardeo de Colmenar Viejo y las colecciones de dibujos de guerra de Antonio Rodríguez Luna con el fin de realizar una exposición.  

    Pablo Aldama, concejal de Ganemos Colmenar describe la obra como “expresionista y de vital importancia en la historia de Colmenar Viejo ya que el autor es capaz de imprimir el terror y la impotencia de un pueblo que sufrió el ataque aéreo de las tropas fascistas.”

     

    La obra fue elaborada para la Exposición Universal de París de 1937 y tuvo una gran acogida por parte de público y crítica. El pabellón español fue una muestra de los mejores artistas españoles de la época, que a pesar de estar inmersa en plena Guerra Civil fue capaz de llevar una muestra de sus mejores talentos. El resultado fue un pabellón español vanguardista, innovador y llamativo que terminó convirtiéndose en un hito importante en la historia del arte.

    El objetivo de la obra era denunciar las atrocidades que se estaban cometiendo en la contienda española y, al mismo tiempo, mostrarle al mundo que, a pesar de todo, España era un país democrático, moderno, con una cultura de altísimo nivel.

     

    Ahora tenemos la oportunidad de recuperar ese espíritu exhibiendo por primera vez el cuadro de Rodríguez Luna en Colmenar Viejo. Este hito debe servir también para homenajear a las víctimas de este triste capítulo de nuestro pasado. Conviene recordar que durante la Guerra Civil la población de Colmenar Viejo sufrió dos importantes bombardeos a manos de las tropas fascistas. El primero fue el llamado “bombardeo de noche”, el 21 de julio de 1937 Colmenar Viejo, se convirtió en un horror de fuego, ruinas, muerte y destrucción. Los pilotos alemanes arrojaron bombas incendiarias y, posteriormente, ametrallaron a la población. El segundo bombardeo fue el llamado “bombardeo de día”, en la mañana del domingo 28 de noviembre de 1937. Las consecuencias de estos dos bombardeos fueron cientos de heridos y 74 civiles muertos, muchos de ellos niños, al alcanzar las bombas varios refugios. Además, se produjo un importante número de bajas militares.