En primer lugar, queremos mostrar nuestras condolencias y pésame por el fallecimiento del vecino de Tres Cantos que falleció al intentar salvar los caballos de la hípica.
En segundo lugar, mostramos nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento a quienes participaron en las labores de extinción, como bomberos, bomberos forestales (que además estaban en huelga, pero que estuvieron trabajando para que el incendio no se propagara), y al resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de vecinas y vecinos y de otras personas voluntarias que estuvieron jugándose la vida para evitar la propagación del fuego,
Además, hay que tener en cuenta que lo que ayudó a defender y proteger a la población de Tres Cantos, de Colmenar, y de todos los municipios de la zona fueron los servicios públicos. Fueron los servicios públicos, pagados con los impuestos de todas y de todos, los que permitieron apagar el incendio.
También es sospechoso que por tercer año consecutivo se produzca un incendio en Tres Cantos, y dos años seguidos en el mismo sitio concreto. Exigimos una investigación exhaustiva y que se aclare qué ha ocurrido y por qué ha ocurrido.
Otro apunte sobre la peligrosidad de ciertas instalaciones cerca de los cascos urbanos: ¿Qué hubiera pasado si el fuego y si el aire en vez de ir hacia el sur hubiera ido hacia el norte? ¿Qué hubiera ocurrido si el fuego se hubiera acercado al macrovertedero de Colmenar? Eso habría sido una bomba de relojería.
¿Y qué hubiera ocurrido si la macroplanta de biogás que quieren instalar dos empresas hubiera estado ya construida y en funcionamiento? Sería todavía más peligroso debido a que está generando gases y, además, está mucho más cerca de las poblaciones de Colmenar y de Tres Cantos.
Lo que nos enseña este incendio forestal de Tres Cantos, además de la importancia de la prevención y de contar con unos servicios públicos fuertes, para lo que es necesaria una financiación pública adecuada, es que no se pueden poner instalaciones peligrosas junto a núcleos de población. Tenemos que hacer todo lo posible para que las instalaciones que son potencialmente peligrosas se instalen más lejos de los núcleos urbanos para que no ocurra ninguna desgracia, para que no ocurra ninguna catástrofe que luego tengamos que lamentar.